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NICOMEDES SANTA CRUZ y su aporte a la CUMANANA
Tomado de El canto del tordo. Estudios Afroperuanos de Milagros
Carazas: http://milagroscarazas.blogspot.pe
… “Socabón” se le llama tanto a la melodía en que se cantan las
décimas glosadas, como a la melopea que ejecuta la guitarra para este canto.
Con ligeras variantes, el socabón se canta en la costa central y costa norte
del Perú. La misma definición se puede dar para la “cumanana”, salvo que su
cuna es Piura. Su texto es en coplas de cuatro líneas octosílabas y
antiguamente se acompañaba con el arpa. Aún quedan “cumananeros” en Morropón
(Piura), que parece haber sido su cuna; donde también recuerdan los duelos de
La Cotera y Veintimilla, famosos cumananeros morropanos” (Santa Cruz 1982: 71).
Con respecto a lo anterior, vale la pena destacar tres aspectos.
Primero, que la cumanana, tal como probablemente la conoció Santa Cruz todavía,
estaba acompañada del arpa. Hoy, sabemos que esta práctica ya ha quedado en
desuso y se ha reemplazado este instrumento por la guitarra, lo cual Noel
Orlando Adrianzén (1998) entiende como “el inicio de una etapa de decadencia”.
Segundo, Santa Cruz considera que el lugar de origen de la cumanana es
Morropón, lo cual no está muy lejos de la verdad, ya que tanto el tondero y la
cumanana son las máximas expresiones de la identidad cultural de dicha
localidad, tal como lo asevera el profesor Orlando Velásquez Benites en su
libro Cultura afroperuana en la costa norte (2003), así como otros
investigadores.
Tercero, Santa Cruz nos da la información precisa sobre esta práctica
poética al incluir en su nota los nombres de dos connotados cumananeros,
Lacotera y Veintimilla. Al parecer todavía se conserva, en la memoria oral,
algunas de sus producciones. Así Alberto Alarcón consigna en su recopilación El
canto de la achupalla (1992) un diálogo en cumanana de ambos. Incluso Carlos
Espinoza (2007) reproduce también un contrapunto de estos conocidos morropanos,
en su trabajo “Cumanana creación literaria regional de Piura” aparecido en el
libro Africanos y pueblos originarios (2007).
Es importante añadir que este término cumanana ya es mencionado por
Santa Cruz con anterioridad. No podemos dejar de señalar que a mediados de
1958, él forma un conjunto de bailarines, cantantes y actores, el cual se
denominó Cumanana. Se trata de una compañía que albergó en su interior treinta
integrantes y se mantuvo activa varios años. Incluso se llegó a grabar el disco
Canto y poesía negroide (Nicomedes Santa Cruz y su conjunto Cumanana), en 1959,
cuya edición está agotada.
Ahora bien, Santa Cruz publica su primer libro titulado Décimas, en
1960. Ya antes había aparecido una plaqueta con el mismo nombre un año
anterior. El texto de 146 páginas tuvo un tiraje de 5000 ejemplares, que pronto
se agotó en librerías. Asimismo, Santa Cruz (1971: 13) explica que este texto
contiene setenta décimas y consta de cinco partes bien diferenciadas,
atendiendo a la siguiente temática: 1) Folklore; 2) A lo divino; 3) De desafío;
4) A lo humano; y 5) De argumento.
Curiosamente, en la primera sección, se observa una décima cuyo tema
es la cumanana.
Veamos:
A todo canto de monte
según su lengua africana
los negros de aquel entonces
llamábanle “Kumanana”.
1
Como los pastores griegos
al sonar de la zampoña
en América retoña
el cantar de los labriegos.
Tales bucólicos juegos
requieren mental apronte.
En aquel amplio horizonte
de improvisados poemas
Natura dicta los temas
a todo canto de monte.
2
En Cuba con la guajira
y en Argentina payando
al retador contestando
verso tras verso se inspira.
Huye a veces nuestra lira
de la retórica hispana:
metaplasmos y “replana”
se emiten por reintegro
porque así lo quiso un negro
según su lengua africana.
3
Juglares de obscura piel
que entre azucareras cañas
repitieron las hazañas
de don Vicente Espinel.
Y ni palma ni laurel,
y ni mármoles ni bronces.
Bastaron sutiles ronces,
tras los halagos el ron
y dieron su inspiración
los negros de aquel entonces.
4
Su desafío en cuartetas
sobre un obligado asunto
dio margen al contrapunto
en muy ingeniosas tretas.
Hábiles negros poetas
dieron la copla peruana.
En la hacienda provinciana
donde nació este cantar
los negros de aquel lugar
llamábanle “Kumanana”.
(pp. 27-28)
Como se aprecia, Santa Cruz señala que etimológicamente este término
aludido procede probablemente de “Kumanana”, una palabra africana. El cambio de
la grafía “c” por “k” es significativo, aún cuando no indique de cuál lengua se
trate. Sin embargo, esta tarea será asumida más tarde por el estudioso Fernando
Romero, quien en su celebrado diccionario Quimba, Fa, Malambo, Ñeque.
Afronegrismos del Perú de 1988 cita a Santa Cruz y amplia la información,
confirmando que el vocablo es de herencia africana Kikongo.
Volviendo a la décima en mención, para Santa Cruz, Kumanana es el
nombre de un “canto de monte”, es decir, se remarca que es una práctica musical
y rural, en la que sus cultores se valen de la improvisación y el ingenio para
su creación. Es, en buena cuenta, una adaptación de la copla traída de España
hecha por los afroperuanos. Esta es una definición que se recoge años después,
en la segunda edición del libro Décimas de 1966, en la cual Santa Cruz agrega
un vocabulario y el término cumanana se explica de la siguiente manera: “Coplas
improvisadas cantadas en desafío con acompañamiento de arpa o guitarra a la
manera tradicional de Piura” (Santa Cruz 1966: 152).
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