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Kiko Sánchez en su libro “Voces y Letras de Morropón” de Morropón, nos
cuenta que el ambiente de la cumanana ha sido siempre el espacio rural, las
fiestas populares y patronales. Y también hay muchas razones para hacer
cumanana como el enamoramiento, las rencillas, el culto, la protesta, la
disputa, la amistad o un pretexto para iniciar una jarana.
Nos cuenta de un agricultor sediento que se metió a un chicherio y que
de pronto se vio rodeado de damas, hasta que llegó el padre de ellas y exclamó
Hombre que haces allí
Entre las damas envuelto
Vayas a estar como yo…
¡Mira ve, como me han puesto!
El asustando hombre y después de que todo el mundo aplaudiera al padre
de las muchachas, esperando una respuesta el visitante contestó:
Yo, de tus hijas rodeado
Me siento fortalecido
Del cielo favorecido
Los ángeles me han premiado.
El padre de las jóvenes le dio un apretón de manos y mandó a matar un
ave y como es de suponer la jarana se hizo grande.
Otro caso es la de dos amigos, uno se fue al ejército y dejo a la
enamorada, con el tiempo ésta se entendía con el amigo. Cuando regresó el
soldado el “mal amigo” retándolo le dice:
Un jardinero de amor
Siembra su planta y se va
Viene otro cultiva y riega
¿De cuál de los dos será?
El soldado le respondió
Allí a hubieras dejau
Pues no era de tu gobierno
Con la lluvia del invierno
Verde la hubiera encontrau
Como es de suponer esta respuesta provocó un loquerío que terminó en
fiesta, el perdedor tuvo que irse y el resto tuvo pretexto para festejar hasta
el amanecer.
Otra historia es la de Agripino, que le tenía bronca a los “curitas” y
un día dijo.
“El cura no sabe arar
y menos jalar el buey,
pero el con su Santa Ley
cosecha sin trabajar”
Cuando el “Cura Zamudio” se enteró muy molesto fue en busca de
Agripino, justo lo encontró frente a la parroquia y le dijo:
Me dicen que eres poeta
Agripino lo interrumpe y le dice:
Poeta…
y sin estudio
si no fuera por esta jeta
ya fuera el cura Zamudio
Aquí no hubo fiesta ni jarana, Agripino salió corriendo ante la indignación del curita.
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